miércoles, noviembre 9

Al punto de hostigarlo

Hoy que desperté y colocando de nuevo mis sentidos en éste mundo, me pregunté si es que esa limitación del lenguaje, la que en algún momento nos seca las palabras hasta el punto de no tener nada que tomar, la que nos obliga a buscar nuevas maneras de pensar y expresar nuevas sensaciones, la cual nos puede llevar a "sobre-expresar" nuestro cariño por alguien hasta el punto de hostigarlo, lo que nos puede ser mejores o malas personas.
Entonces nos invade esa respuesta a lo desconocido, la cual nos pone con un sentimiento poco pasivo, de la inpercepción de lo habitual, conocemos el miedo. Miedo de hacer algo demás y no volver a encontrar a esa persona.

sábado, octubre 15

En la madrugada.

Ese momento de la madrugada
cuando ya se ha bebido todo el vino del mundo
y no queda en el alma más que el terco deseo
de dormir abrazado a un cuerpo conocido.

Nada hay en las calles
que llene el corazón; lo sabes
y no obstante
un día y otro vuelves
a ellas respondiendo a la voz
de una oscura llamada, buscando
acaso sólo renovar el calor del regreso
a la casa y a la mujer que espera.

Pero no. Que mañana
lo que nunca encontraste
puede estar aguardando por ti en cualquier esquina

J. Sabina.

domingo, agosto 14

Recuerdos.


El recuerdo es la mejor manera de volver a un punto, a un tiempo en el que estuvimos, a la parte de ti que se quedó en ese lapso, es la manera más sencilla de encontrar lo perdido, lo olvidado, lo que existe en tu interior, es recostar al corazón en la almohada, fumándolo y viéndolo volar por la ventana. Sin embargo conlleva a retroceder y provocar una tempestad en lo calmado, volver turbio lo claro. Y cuando lo primero que recuerdas es la mirada de alguien, desde la sorpresa de la noche, tejiendo arabescos de caricias. Se detiene tu sonrisa, la nostalgia sale de los rincones y aprieta la existencia. Entonces masticas tu dolor y prefieres no volver a recordar...

viernes, mayo 13

Tenue reflejo

Para el amor más crudo se necesita un cuerpo como presentación y ojos que alguna vez se vayan para ser recordados, y sonrisa sin sueño desde el sueño de ser alguien posiblemente amado (M. Torres)...

Una y otra vez hemos caído sobre un amor crudo, (si se le puede llamar así) y rebotar. Del cual, pensamos que es posible llegar a ser el tenue reflejo de esa imagen que se observa en el espejo, precisando de alguna manera u otra el sentir de todas esas cosas sin futuro ni lugar. Alguna vez fuimos alguien para todas esas cosas y en especial para ti, que te encuentras por ahí respirando y caminando como tanta gente lo hace. Entonces entre todo esto es inevitable retomar tu recuerdo, ese que desde hace mucho tiempo dejo de estar presente, para dar paso a otros nuevos.
Y leo nuevamente esas lineas, les tomo sentido y me doy cuenta que posiblemente para mi ya no hay ojos que recordar y la sonrisa sin sueño, se pierde al despertar...

martes, marzo 22

Pequeños poemas de amor


Y estas.


Porque la noche
está de ojos abiertos,
has llegado a recoger
tu imagen,
y en mis pensamientos
de siempre te encuentras
rosando a mi alma
y acariciando mi ser.




De noche.


Te espero cuando
cierro mis ojos,
cuando la noche
llega acercando
tu recuerdo,
entonces mi corazón
empieza a trabajar,
sintiéndote entre
el limbo de quererte
y amarte.
Sin saber a cual
orilla arribar,
navega y viaja
pensando en ti.




Algún día.


Algún día encontraré
una palabra
que penetre tu corazón,
y muestre su ternura,
entonces yo voy
alumbrar tu rostro
mientras duermas
y mirarlo cuando
despiertes.

domingo, febrero 6

Cuéntame algo,

Cuéntame algo. Algo de lo que no hayamos hablado últimamente, no quiero retomar la misma conversación monótona que siempre comenzamos. Tengo tiempo en conocerte y creo que a la escuela y el cómo te fue en el día podemos dejarlo aparte. Hagamos un paréntesis en esta ocasión y cuéntame sobre tus sueños, tus anhelos, tus ilusiones. Platícame sobre cuando tenías cinco años, en el momento en que querías ser astronauta, cuando las estrellas te maravillaban y la luna te encantaba, como los duendes a los niños lo hacen. Háblame de esas historias, con las que te dormías y luego te imaginabas dentro de ellas, con las que creciste, las cuales aún sigues recordando. Dime sobre tus miedos, de los monstruos en el armario que te perseguían al apagar la luz y te hacían llorar. Charlemos de tu octavo cumpleaños, de ese pastel que te gusto tanto que aún sigues recordando ese sabor, del regalo de papá y la comida de mamá. Busca muy dentro de ti, eso especial que te hace ser y cuéntamelo, que yo esta noche, te contaré y te abriré mi baúl de recuerdos, te mostraré cada rincón, conocerás las historias, mis deseos, anhelos y sueños que siempre serán.

Y juntos, hagamos de esta ocasión, esta conversación distinta a las demás y dejemos volar a las palabras...