miércoles, diciembre 8

Cuando no te tengo.

Tengo esa tan entrañable necesidad de mirarte
por encima de la ventana, levantado de puntitas,
como lo hago con el sol cada vez que me despierto
y te pienso con esa intensidad con la que golpean
mi rostro, sus rayos de luz cálida.

Tengo dos razones tan sencillas como tú y lo que siento
por ti, para traerte todo el día detrás de mis pupilas,
donde resaltas como esas letras negritas en medio
de un mar de palabras, después de los puntos suspensivos.

Tengo este deseo de escribirte mientras la nada
y el tiempo pasan juntos por debajo de nuestros pies,
estas ganas de hablarte cuando cayo, de mirarte
cuando sonríes, decirte lo mucho que te quiero y
desde cuando lo he hecho...