jueves, octubre 22

Exilios.

En mi silencio te escuché hablándome al oído, diciéndome – amor de mi vida, si reencarnáramos te volveré a encontrar, sino lo hacemos, no te preocupes, en ésta vida y en la otra te amaré por siempre, y si el siempre no es suficiente, es muy corto, entonces recurriré a la eternidad, y seguiré amándote…- y con tu voz llegándome hasta el corazón, me dormí en el silencio, acogido bajo el calor de tus brazos.

En los exilios de mi memoria, temblando en el olvido, resignado a soñarte, tu brazo de hierro irrumpió en la quietud de mi alma, tomó mi mano con fuerza y me llevó hacia a ti, fue entonces cuando volví a mi, tragando este dolor y aliviando a mi corazón.

Y con la esperanza en mi cuerpo de encontrarte en la penumbra, de sentirte en las tinieblas, de mirarte en lo profundo de la nada, me quedo esperando tu llegada, con la firme impresión de que siempre has llegado hasta mí, a mi existencia.

viernes, octubre 2

Octubre.



Si tú supieras.

Si tú supieras que no he podido dejar de pensar en ti, que en cada lugar que pongo la mirada te observo, en cada nota de cual tibia canción, te escucho, por cada calle que paso sabiendo que tú lo has hecho, te recuerdo, que en las noches en que me desvelo he pronunciado tu nombre.

Si tú supieras que en mis sueños mas remotos, tu rostro lo he soñado, que te he deseado como a la inmortalidad sobre mi cuerpo, que en mi soledad he preferido tu boca y la intimidad de los besos en tus labios, y tus ojos de cristal, tan brillantes ante todo, alegran a los míos.

Si tú supieras que por ti, el tiempo deja de ser tiempo y se mueve sin horas en mi vida, que eres el insomnio reflexivo donde han vuelto las aves que migraron de mi espíritu, que en tu imagen he visto viajar al alma donde la locura es cordura.

Si tú supieras, que cuando cierro mis ojos llegas en silencio como el sol por las mañanas lo hace y te haces presente, que te siento a mi lado y me haces sentir vivo.

Si supieras que tú, justificas mi existencia, que la muerte no me asusta, porque si no te conozco , no he vivido, y si muero sin aún conocerte, no moriré, porque no te he conocido. Que yo soy yo, y para ti.