miércoles, diciembre 8

Cuando no te tengo.

Tengo esa tan entrañable necesidad de mirarte
por encima de la ventana, levantado de puntitas,
como lo hago con el sol cada vez que me despierto
y te pienso con esa intensidad con la que golpean
mi rostro, sus rayos de luz cálida.

Tengo dos razones tan sencillas como tú y lo que siento
por ti, para traerte todo el día detrás de mis pupilas,
donde resaltas como esas letras negritas en medio
de un mar de palabras, después de los puntos suspensivos.

Tengo este deseo de escribirte mientras la nada
y el tiempo pasan juntos por debajo de nuestros pies,
estas ganas de hablarte cuando cayo, de mirarte
cuando sonríes, decirte lo mucho que te quiero y
desde cuando lo he hecho...

martes, octubre 5

Esta tarde.

La tarde se prestaba para recordarte como lo había hecho la mayor parte del día, el cielo descargaba sus sentimientos hacia la tierra, se desahogaba y la tierra le prestaba su hombro para hacerlo. Yo en cambio te veía en cada gota que caía por la ventana, con esa ansiedad de saber de ti, de estar a tu lado. Entonces imaginaba bosques, con grandes oyameles y olorosos pinos, neblina y tú en medio, esperando mi mano. EL otoño tocaba y de pie en el descanso de la puerta, nos esperaba del otro lado de ella. Y las horas pasaban, casi efímeras, casi eternas. Y con tu recuerdo rondando mi cabeza, la tarde cayó. De pronto vi tu reflejo, brillante en mitad de la nada, ahí estática como botón de plata, apuntando a mi corazón, con tú nombre grabado en el centro, cerré mis ojos, tome un pedazo y soñé nuevamente. Y definitivamente no quise dejar de soñar...

martes, septiembre 7

Comencé a moverme.

Entonces me encontraba otra vez al inicio del camino, con mis manos en los bolsillos y la mirada fija hacia enfrente. Observaba lo lejos que se encontraba el final, pensando lo difícil que será llegar hasta ahí de nuevo. Comencé a moverme de nuevo entre todas esas cosas, un paso siguiendo al otro, firmemente colocado sobre el suelo y el polvo se metía entre mis dedos por encima de mis sandalias, mis ojos poco abiertos, denotaban cansancio por el día anterior.
Entonces me hice una pregunta, ¿y cuando todo acaba? En ese momento no me llego otra respuesta a mí, y solo me dije es un buen momento para volver a comenzar y mirar hacia adelante. Así seguí durante mucho tiempo, con esas palabras en mi cabeza y avance.

lunes, enero 25

De lo vivido.

Esta noche miré a las estrellas y resulta que no brillaban como antes,
que las palabras ya no suenan, ya no te buscan, ya no te encuentran,
deje de soñarte, de volar por ti, de mirarte al cerrar mis ojos,
las horas de espera que ardían y me quemaban, sólo son cenizas.

Ya mis pensamientos no vuelven, ya mis vientos no soplan,
estas manos dejaron de abrirse y extenderse buscando otras manos,
las canciones suenan con letra viva, pero no encuentran tú oído,
y esta cruz se hace más pesada, y me lastima y me tumba.

Esta noche me vino tu recuerdo urgido por la fatalidad de poblar algún lugar,
me vino tu olvido, mi olvido, los restos de las tardes verdes, de nuestra existencia,
de la caricia perdida, de tu sonrisa y mi reflejo.
Pero también me vino la alegría de lo que un día fue pero que no será.