domingo, febrero 6

Cuéntame algo,

Cuéntame algo. Algo de lo que no hayamos hablado últimamente, no quiero retomar la misma conversación monótona que siempre comenzamos. Tengo tiempo en conocerte y creo que a la escuela y el cómo te fue en el día podemos dejarlo aparte. Hagamos un paréntesis en esta ocasión y cuéntame sobre tus sueños, tus anhelos, tus ilusiones. Platícame sobre cuando tenías cinco años, en el momento en que querías ser astronauta, cuando las estrellas te maravillaban y la luna te encantaba, como los duendes a los niños lo hacen. Háblame de esas historias, con las que te dormías y luego te imaginabas dentro de ellas, con las que creciste, las cuales aún sigues recordando. Dime sobre tus miedos, de los monstruos en el armario que te perseguían al apagar la luz y te hacían llorar. Charlemos de tu octavo cumpleaños, de ese pastel que te gusto tanto que aún sigues recordando ese sabor, del regalo de papá y la comida de mamá. Busca muy dentro de ti, eso especial que te hace ser y cuéntamelo, que yo esta noche, te contaré y te abriré mi baúl de recuerdos, te mostraré cada rincón, conocerás las historias, mis deseos, anhelos y sueños que siempre serán.

Y juntos, hagamos de esta ocasión, esta conversación distinta a las demás y dejemos volar a las palabras...