lunes, enero 25

De lo vivido.

Esta noche miré a las estrellas y resulta que no brillaban como antes,
que las palabras ya no suenan, ya no te buscan, ya no te encuentran,
deje de soñarte, de volar por ti, de mirarte al cerrar mis ojos,
las horas de espera que ardían y me quemaban, sólo son cenizas.

Ya mis pensamientos no vuelven, ya mis vientos no soplan,
estas manos dejaron de abrirse y extenderse buscando otras manos,
las canciones suenan con letra viva, pero no encuentran tú oído,
y esta cruz se hace más pesada, y me lastima y me tumba.

Esta noche me vino tu recuerdo urgido por la fatalidad de poblar algún lugar,
me vino tu olvido, mi olvido, los restos de las tardes verdes, de nuestra existencia,
de la caricia perdida, de tu sonrisa y mi reflejo.
Pero también me vino la alegría de lo que un día fue pero que no será.